
Rememorando un antiguo spot de una línea de viajeros, aquí, en el cementerio, solo el reloj recibe mejor tratamiento que las lápidas mortuorias.Observen detenidamente lo que el reloj luce y las deslucidas lápidas.

La esfera, agujas y números, parece que por no pasa el tiempo por tales indicadores.

Aquí, en este cruce de caminos, si veo interesante un reloj, por lo menos para no llegar tarde a las citas diarias.

Me pregunto, en un cementario para que se precisa un reloj. Los humanos imponemos a los fallecidos el paso del tiempo, como si a éllos les importara.
La dictadura del reloj se quiere imponer hasta a los que están en el más allá.
Si es por mantener un horario,, por lo menos en este lugar un santo, ni se ve ni un alma.
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